jueves, 27 de junio de 2013

¿Algo que celebrar?


Cuando a María Eugenia, en su primer día de clases en la Escuela de Comunicación Social, le preguntaron qué opinaba de la libertad de expresión, su primera reacción fue fruncir el ceño. ¿Podría poner en peligro su futuro como estudiante universitario si respondía lo que en realidad pensaba? A sus dieciocho años recién cumplidos, no se sentía tan poderosa como para enfrentar una tragedia de esa magnitud. Optó pues por balbucear un lugar común: "la libertad es necesaria para el desarrollo de los pueblos". Es decir, dijo lo menos comprometedor que pudo encontrar en su repertorio de frases hechas. Así, en su primer día en el recinto universitario, María Eugenia, pasó agachada.

Cuando muchos años después - siendo ya un Comunicador Social en ejercicio y con unos cuantos años de experiencia a cuestas -  María Eugenia escuchó al presidente de la república vociferar en contra de los medios y  recordó su primer día de clases en la universidad, evocó aquel día en que pasó agachada. - El profesor ha debido reprobarme ese día, porque no hay peor pecado para un comunicador que hacerse la vista gorda o decir sólo lo que le permita salvarse de recriminaciones de poderosos.

Tuvieron que pasar muchos años para que María Eugenia entendiera la trascendencia de la libertad de expresión. Tuvo que trabajar mucho para finalmente comprender que en la mayor parte de las oportunidades, cuando los gobernantes ciegos por el poder vituperan y abusan de su condición, terminan constriñendo el escenario, so trilladísima excusa de 'hay que poner orden'. Nada tan útil como un nutrido inventario de excusas y justificaciones para los desmanes y atropellos. El paso de las amenazas a las acciones es sólo una cuestión de provocaciones y antojos.

Muchos suelen  hablar de la libertad de prensa como de un valor irreductible, que están dispuestos a defender  a capa y espada, ... siempre y cuando la prensa diga lo que gusta a sus sentidos, lo que sus paladares perciben como gustoso.  Algunos desean  que los periodistas, articulistas, columnistas y analistas sean sus traductores, una suerte de fantoches, de muñecos de buena pluma, de buena voz, de buena pinta, que existen para
denostar de sus adversarios y adularlos en sus acciones. Cuando eso no sucede, ah, entonces, ese señor o señora recibe toda suerte de ataques, que impepinablemente incluyen acusaciones de violar la "objetividad inherente a todo comunicador".

Luego de ya unos cuantos años en el oficio de comunicar, y con unas cuantas canas y arrugas abordo de este cuerpo menudo y esta cabeza rizada, esos ataques me resultan insípidos, por decir lo menos. Me resbalan por la pendiente de la indiferencia. La señora libertad de prensa es un derecho irrenunciable. Es hija predilecta de la señora libertad de expresión y nieta de la señora libertad de pensamiento. Tres generaciones de Libertad, tres señoras que no pasan agachadas. Y cualquiera que piense que una sociedad puede progresar sin libertad, debe de una vez por todas mudarse a un presidio, pues no es sino un prisionero de sus propias simplezas y limitaciones intelectuales. Al resto, quienes no nos sentimos dueños de la verdad, quienes no creemos que exista una única y universal verdad, quienes nos negamos a convertirnos en eunucos sociales, cualquier barrera nos sabe a involución, a más de lo mismo, a retraso cultural, a sociedad de cangrejos que caminan para atrás.

Hay muchas cosas que escucho o leo o veo que no son de mi agrado, pero estoy dispuesta a hacer todo lo que esté a mi alcance para que siempre haya espacio para ellas. Se trata de Libertad, la abuela, la madre, la nieta, sin apellidos ni cortapisas. Y soy tan liberal, amigo lector, tan y tan liberal, que hasta creo que tiene que haber un espacio para todos, incluso para algunos gobernantes que con demasiada frecuencia son tan arrogantes, que suelen perder la oportunidad de quedarse callados.

jueves, 13 de junio de 2013

Historia pasional de VEnezuela


La mayoría de los presidentes ha tenido una vida pasional que ha marcado sus vidas, las de sus mujeres… y las nuestras.

Páez casó con Dominga Ortiz en 1809. Tuvieron dos hijos. En 1821, conoció a Barbarita Nieves. Con ella se pone a vivir. Por 26 años fue conocida como la amante. Barbarita convirtió a Páez en un caballero, músico y amante de las artes. Tuvieron cuatro hijos. En otras camas Páez procreó varios hijos naturales.

Vargas tuvo una hija natural, Josefa María. En 1826 casó con una viuda, Encarnación Martín. A los 11 meses, ella muere y deja a Vargas viudo. Soublette tuvo varios hijos naturales y legítimos. A su esposa, Olaya Buroz, Soublette le decía  “Mi urraca”. Era chiquita, flaca, de ojos saltones y labios picudos y lo celaba mucho.

José Gregorio Monagas casó con Benita Marrero, hija de un cacique, quien ya tenía dos hijos. Ella murió y él desposó a su cuñada Clara con quien tuvo otros nueve hijos. José Ruperto Monagas casó con Esperanza Hernández, mujer sin abolengo quien luego de ser Primera Dama regresó a Barcelona, para allí llevar una viudez de carencias. Tal fue la quiebra económica que hubo de emplearse de lavandera y fregona.
             
Julián Castro tuvo una concubina, María Nieves, hija ilegítima del general José Laurencio Silva. Casaron en 1843 con ya cuatro hijos bastardos. María Nieves sobrevivió a Castro, quien murió en la miseria en la Casa de Beneficencia de Valencia. Manuel Felipe de Tovar casó con su prima Encarnación Rivas, quien al poco tiempo contrajo tifus y perdió la razón. No tuvieron hijos. Manuel Felipe y Encarnación se mudaron a Francia. Allí él falleció. La viuda loca fue trasladada a su casona en la esquina de El Conde donde murió.
             
Guzmán Blanco tuvo un hijo con la curazoleña Ventura Lobo, “el negro Guzmán”. Casó luego con Ana Teresa Ibarra. Mantuvo un triángulo amoroso con su cuñada Anastasia Ibarra. Con Ana Teresa tuvo seis hijos. Los tres –Antonio, Ana Teresa y Anastasia- fueron a vivir a París y allí falleció Anastasia. A los meses él murió de mal de amores. Linares Alcántara casó con Belén Esteves con quien tuvo seis hijos. Al enviudar, Belén casó con el doctor Francisco Yépez y tuvo otros cuatro hijos. Rojas Paúl contrajo nupcias en 1853 con María Josefa Báez. No tuvieron hijos y adoptaron dos. Rojas Paúl era muy faldero. Tuvo affaires con la contralto italiana Larguerccia y con Olimpia Guelcher, teniendo hijos como José Pérez y según dicen el pintor Armando Reverón. Murió viudo, viejo y enfermo en 1905.
        
Andueza Palacio casó con Isabel González. Con ella tuvo tres hijos. Andueza - dado al trago, pico e´plata y mujeriego- tuvo un hijo con una Figueredo. En las aguas de la lujuria y la bebida nadó hasta su muerte a principios del siglo XX. Ignacio Andrade era mujeriego. Casó a los 50 años con Isabel Sosa, que era bella y entrada en carnes. Tuvieron nueve hijos. Leí que en Caracas  se decía que “se ha casado viejo, ha tenido más hijos que un piojo y está clueco con ellos; nadie lo saca de la alcoba; hace seis años que no hace sino criar hijos. Ese hombre es una partera”. Siendo aún Presidente, escapó del país con su esposa e hijos, para vivir un exilio miserable. Murió en La Guaira a los 89 años.

Cipriano Castro bailaba muy bien, era aficionado a la bebida y su perdición eran las mujeres. Casó con Zoila Rosa Martínez, de 16 años. A las mujeres las prefería de estreno. Las damitas le eran seleccionadas por celestinos. Acabó teniendo más de 22 “amigas del corazón”. Entre ellas, una dama de apellido Domínguez, Domitila Hernández, Rosa Gutiérrez,  Luciana “La Chanito”, la Fuentes, la Rodríguez, Blanca Gouvirand,  la Alemán y Berenice. En el exilio de Puerto Rico lo atendía una hija. Doña Zoila vivía aparte, ambos en la pobreza, a pesar de lo mucho que había saqueado Castro el erario.

Juan Vicente Gómez tuvo muchas concubinas y con ninguna casó. Entre ellas estuvo Dionisia Bello de Torres, a quien Gómez robó a su marido y con quien tuvo siete hijos. Gómez jamás amaneció con mujer. Existen documentos que certifican treinta y tres amantes -Ladera, Pernía, la Rojitas, Carmen Rodríguez, la Catalana, una bailarina española, Josefina Jaimes y varias en el Táchira y Caracas-; la cantidad de hijos censados llega a 74. En 1904 Gómez se une a Dolores Amelia Núñez de Cáceres. Con ella tuve otra tanda de hijos.
         
López Contreras casó tres veces. Primero con Luz María Wolkmar. Ella lo dejó antes de morir y le heredó sus seis hijos. Luego casa con Luisa Elena Mijares, de la que se divorcia en 1934. Entonces contrae nupcias con María Teresa Núñez. Medina Angarita casó cinco días antes de ser Presidente con Irma Felizola, divorciada de Luis Vegas. Tuvieron cuatro hijos. Dicen que tuvo de amantes a Carmen Luisa Duque y a la catira Carmen Julia Sarría, quien no soportó y acabó suicidándose. Después y antes de la señora Felizola tuvo dos hijos con Estrella Serfatty, quien le querelló por paternidad en Miami.
             
Gallegos casó con Teotiste Arocha. Ese matrimonio duró 45 años. No pudieron tener hijos y adoptaron a Sonia y Alexis. En 1950 Teotiste murió en el exilio de México. El nunca volvió a casarse. Murió el 5 de abril de 1969.

Delgado Chalbaud encabezó la Junta Militar de 1948. En Francia conoció a Lucía Levine, rumana, izquierdista y descontrolada, con quien se casa. Al no avenirse con su esposa sostiene relaciones con Ana Teresa Dagnino, con Mimí Herrera y una dama de apellido Capriles.

Pérez Jiménez era mujeriego, al punto que se reservó La Orchila para bacanales con mujeres traídas de La Habana, Miami y Santo Domingo. Casó con Flor Chalbaud, hija de un militar, con quien tuvo tres hijas. Sus líos de faldas fueron vox populi. Prefería a las mujeres blancas y de tipo europeo. Se hablaba de la Carías, la Margulis, la Bouvat, la Inserri, la cubana Martha Lorenz (con quien tiene una hija y ella tuvo un hijo con Fidel Castro) y hasta una peruana que hizo pública la paternidad de su hijo.

Betancourt casó en Costa Rica con Carmen Valverde de cuyo matrimonio nace una hija. Años después se une con René Hartman con quien contrajo nupcias. Leoni casó con su prima Carmen América Fernández, doña Menca. Tuvieron cinco hijos. Fueron un matrimonio de cuento de hadas. Prácticamente murieron uno detrás del otro, de pura nostalgia. Lusinchi se enamoró de su compañera de estudios Gladys Castillo. Con ella casó y tuvieron cinco hijos. En el Congreso conoció a Blanca Ibáñez, que tenía dos hijos y quien se convirtió en su secretaria privada y al poco tiempo en su amante. El litigio de divorció de doña Gladys duró seis años hasta que se instala en Miami y Lusinchi pudo casar con Blanca. Exiliados de Venezuela, años después se separan. Hoy Lusinchi vive en la pobreza y el olvido. Carlos Andrés Pérez casó con su prima Blanca Rodríguez. Tuvieron seis hijos. En el Congreso se enreda con Cecilia Matos, con quien tiene dos hijas. Hace unos años Pérez falleció en Miami. Hubo una querella legal entre las dos familias por los derechos a decidir el destino de los restos.

Chávez casó en primeras nupcias con Nancy Colmenares. Fue su esposa por quince años. Tuvieron tres hijos. Luego casó con Marisabel Rodríguez. Tuvieron una hija. Se divorcian en 2002. Chávez muere en marzo de 2013. Ni Nancy ni Marisabel acudieron al velorio.

Es la historia pasional de Venezuela. Da para una larga novela.

Síntomas, enfermedad y mengua




En una de sus tantísimas y aburridísimas alocuciones al país, Maduro abordó el tema de la corrupción. Presumiendo de un liderazgo del cual carece, instruyó a la Fiscal General, Misia Luisa, para que procediera con sus oficios para perseguir a los corruptos. Para sonar muy decidido, anunció un procedimiento contra un individuo de nombre poco criollo que fue alto ejecutivo de una de las empresas de Guayana. Todo ese rifirrafe lo armó con cara de poderoso, obviando que la madeja de negociados y coimas la tiene cerquita, muy cerquita.

Dos cosas esperaban los venezolanos de la revolución: el control de la inseguridad y que se limpiara el gobierno de vándalos y saqueadores del erario. En ambas fracasó estrepitosamente. Aunque Rodríguez Torres, con ese lenguaje de caporal urbano que le caracteriza, diga que la inseguridad es más una sensación que una realidad, los ciudadanos viven en estado de pánico ante la certeza que tarde o temprano serán victimas de la delincuencia y que correrán con mucha suerte si consiguen salir con vida del infausto episodio.

Y en cuanto a la corrupción, las recientes grabaciones escuchadas sólo vinieron a certificar lo que ya la gente sabía, que Venezuela es un país carcomido por la más inmunda e impune banda de miserables ladrones.

Confieso que algo de lástima siento por Maduro. Además de ser manejado por esa señora con quien tiene “el dormir comprometío”, es víctima de una pléyade de titiriteros dentro y fuera de nuestras fronteras. Maduro manda poco, manda lento, manda mal.  Y además tiene que pedir permiso a un gentío para cualquier cosa que se le cruce por la mente.  Es una gelatina en manos de muchos. Me pregunto si alguna vez sacará las uñas. O si acaso tiene uñas para sacar.

El nuestro es un país presidencialista. A qué dudarlo. Lo es históricamente y también ello fue determinado en la Constitución del 99, para que la tradición continuara. Ello supone que el presidente tenga garra y liderazgo, como las tenía Chávez y como no las tiene Maduro. Los problemas le reventaron en las manos a Maduro y el poder se le escabulle entre los dedos. Corre sin embargo con la suerte de unos electores de oposición que hoy vuelven a deshojar la margarita y creen que cabe sentarse a dudar sobre si participar o no en las próximas elecciones. Como si el abstencionismo beneficiara a alguien que no sea el que está en el poder.

Si los electores se dejan de consideraciones mustias, las cuentas dan para aumentar significativamente el número de alcaldías y concejos municipales en manos de la oposición. Incluso basándonos en los números del CNE. De una treintena de alcaldías podemos pasar a tener casi cien. O más si nos fijamos en los números reales de los resultados de las últimas elecciones, reforzamos tanto los espacios donde somos fuertes como aquellos donde las oportunidades nos crecieron astronómicamente y si  en lugar de victimizarnos dejamos de lamernos las heridas y nos ponemos de pie.

El eje de la campaña del oficialismo no será Maduro. Será Chávez. Místico y convertido en Perón. Una campaña cargada de epifanías. Por fortuna la MUD ya aprobó e informó que el jefe de la campaña municipal será Capriles, a escala nacional. Tranquiliza esa decisión.

Tenemos un país severamente emproblemado y jorobado. Los síntomas nos hablan de la enfermedad. O nos tomamos los medicamentos y seguimos la terapia o nos iremos sumergiendo más y más en  la mengua.


El cambur verde mancha

Para algunos han sido tiempos atroces; para otros -los enchufados y los vampiros- han resultado harto convenientes y provechosos. Para muchos han sido destructores chaparrones y para pocos nutritivas lluvias. La gente cuenta la fiesta según le va. En las cadenas, Mister Danger grita y miente. Se cree el papá de los helados. El país con mayor potencial de progreso y desarrollo del subcontinente es hoy un paisito con el suelo institucional escarificado, una inflación que tiñe de pobreza a las mayorías y una corrupción que da nausea. Es vox populi quiénes son los enchufados. Por si quedara duda, el tenebroso individuo que hizo de una hojilla un misil puso el foco en los que se cogen los reales, privando a los venezolanos de hospitales, carreteras, escuelas, universidades, canchas deportivas y un abalorio de obras y servicios que de existir se traducirían en buena calidad de vida de los pobladores de esta nación saqueada. Sin terminar el primer semestre, ya Mister Danger se cepilló el presupuesto anual. Pero para eso tiene la mayoría en la AN. Le aprueban cual coro cacofónico de focas todos los créditos adicionales. Así funciona la cosa. Ya no hay real, pero los rollos de papel tualé que ya no se producen en el país los traerán por avión. El flete cuesta una y parte de otra. No importa. Viva el nuevoriquismo. Los boliburgueses viven del despilfarro. Llegaron unos macro tanques para la FAN. No sirven para enfrentar a los azotes que matan y saquean a la población. Para usarlos tendríamos que entrar en una guerra que perderíamos en minutos. Pero eso no importa. Se ven requeté bonitos e impresionan. Y alguna comisión nutrió los bolsillos de un enchufado. La estabilidad del país se ve comprometida no por las paranoicas obsesiones sobre magnicidios, sino por estornudos. Hubo plata para templetes, pero no para surtir al país de suficientes vacunas. La compañera sentimental de Mister Danger nos recuerda a la señora Ibáñez. Como aquella, manda por debajo de la mesa. O de las sábanas. Y la gente se queda como si nada, atribuyendo a esta circunstancia borrascosa un tono de normalidad que no tiene a ninguna hora de ningún día. Mister Danger pega gritos en la niebla. No han pasado muchas horas y se echa para atrás. Santos se ríe. Al fin y al cabo sabía que el asunto no era más que una malacrianza, la majadería de un niño cursi recién estrenado en la silla. Pasada la página del impasse, el hombre se fue a Nicaragua, chequera en mano. La fiesta continua. Daniel Ortega se restriega las manos. Salió su número. Arias Cárdenas anuncia un nuevo sistema de regulación de compras. Una persona sólo podrá adquirir 20 rubros regulados a la semana. Esto incluye productos como arroz, aceite, carne, lentejas, harina de maíz y de trigo, pasta regulada, pollo, caraotas, leche en polvo, azúcar, crema dental, jabón de tocador, lavaplatos, pañales y papel higiénico. ¿Cómo les parece? Suena a tarjeta de racionamiento. ¿O no? En entrevista en Globovisión (de Ripley), el flamante Izarra, novísimo ministro de Turismo, hace anuncios de todo lo que va a hacer. Tienen 14 años mandando y siguen conjugando los verbos en futuro. Estrenos y reestrenos por doquier. Todo fabuloso y muy capitalista. Le cayó la locha. Turistear es un típico acto capitalista. Vienen unos ferris nuevos para hacer la ruta a “laisla”. Los compraron en Grecia., que está como lejos para haber sido la opción. Espero que traigan el libro de instrucciones y procedimiento en algún idioma comprensible. Al fin y al cabo, no hay muchos restaurantes griegos en Venezuela, lo cual hará más complicado llamar a uno de ellos para conseguir un traductor. Se rumorea que habrá cambios en el bull pen. De ser cierto que Jaua va para MinDefensa, Mister Danger le habrá ganado un inning a Diosdi y la FANB tendrá un interlocutor absolutamente ignorante en la materia militar. Por la Cancillería se están peleando varios. Abundan las puñaladas con liguita. Pero ahora es cuando falta para que la gorda cante. Date con furia, Mister Danger. Vas camino a darte cuenta que el cambur verde mancha. Dale, Henrique, aunque vengan carros. smorillobelloso@gmail.com