martes, 30 de abril de 2013

El alma por la silla

En Miraflores está la silla presidencial, uno es los símbolos de republicanismo y democracia EL UNIVERSAL domingo 28 de abril de 2013 Desde Páez hasta estos extraños tiempos que vivimos, muchos han hecho que sus vidas y ambiciones giren en torno a lograr asentar sus posaderas en la silla presidencial. Por ello ha habido disputas, trifulcas, fraudes, trajines, asaltos, mamaderas de gallo, querellas legales, discursos grandilocuentes, frases cursis, votaciones decentes y no tan decentes y demás especies aromáticas. En el salón Pantano de Vargas en el Palacio de Miraflores están (o estaban) algunas de las que han sido sillas de mandatarios. Si recuerdo bien, están las de Páez, Guzmán Blanco, Crespo y Gómez. Varios mayordomos aseguran haber sido testigos de cómo varios visitantes, creyendo que nadie los veía, se sentaron en ellas. Ha habido dos palacios de gobierno, la Casa Amarilla y el Palacio de Miraflores. Pero por razones de espacio editorial me voy a referir al segundo. El 27 de abril de 1884 el General Crespo toma posesión como Presidente. Meses después compra el terreno de La Trilla, en Caracas, para construir una nueva residencia, para vivir con su esposa -misia Jacinta Parejo de Crespo- y sus hijos. De allí que originalmente se llamara La Trilla. En 1887 comienza la segunda etapa de la obra. Durante buena parte de esa etapa, Crespo estuvo fuera de Venezuela, por lo cual el proyecto sufrió retrasos. En España conoció al constructor Juan Bautista Sales. Vio modelos y planos y contrato expertos en carpintería, herrería y decoración. Se cree que durante ese tiempo en España, Crespo conoció una Cartuja en la ciudad de Burgos de nombre Miraflores. Pero también se atribuye el nombre a una hacienda denominada Miraflores en la que Crespo se hospedó en Perú. En 1889, Crespo regresa del exilio y le presta atención al asunto. Hay testimonios gráficos de la estructura externa en 1892, totalmente terminada, aún con el nombre de La Trilla. En 1893, Crespo vuelve a ser elegido Presidente, luego de la victoria de la Revolución Legalista. Emprende la culminación de la parte interna del palacio. A comienzos de 1898, antes de marcharse al interior, Crespo visita por última vez el palacio. Poco tiempo después muere en La Mata Carmelera. Su fallecimiento genera una situación difícil por el montón de deudas personales y de Estado. Su viuda hubo de enfrentar querellas por morosidad por asuntos vinculados al palacio. El sismo Al General Cipriano Castro, presidente de la república, el sismo del 29 de octubre de 1900 lo agarró en la Casa Amarilla. Dicen que se encaramó en la silla presidencial y se abalanzó a la calle. Decide entonces alquilar Miraflores (con construcción antisísmica), muda su residencia y el Despacho del Presidente así como el Despacho del Ministerio de Hacienda y Crédito Público ("el control del dinero hay que tenerlo cerquita"). El 1 de enero de 1901 ocurrió en Miraflores la primera recepción oficial. Dos meses más tarde, la Asamblea Nacional Constituyente aprobó un proyecto autorizando al Poder Ejecutivo Federal para comprar la propiedad y convertirlo en Mansión Presidencial. La compra se firmó el 19 de junio de 1911. El General Juan Vicente Gómez fue el primer mandatario en ocupar el palacio ya con carácter de "Residencia Oficial de los Presidentes de la República". El Benemérito ofreció el 5 de julio de 1911 una importante recepción para conmemorar el Centenario de la Declaración de Independencia. Después de Gómez A la muerte de Gómez, el General López Contreras se instaló en Miraflores y le quitó al palacio el sello personalista de Castro y Gómez. Lo convirtió en Palacio Nacional de Gobierno y residencia oficial de los presidentes de Venezuela. En 1941, el presidente Medina Angarita ordenó la reparación del Despacho Presidencial y refaccionó los alrededores. En 1945, Rómulo Betancourt es el primer mandatario que ordena que los decretos presidenciales deben ser refrendados en Miraflores y no en el Palacio Federal, como se hacía. En 1948, llegó a Miraflores el primer presidente elegido por voto popular: don Rómulo Gallegos. Durante el tiempo de la Junta Militar y luego en la dictadura de Pérez Jiménez, Miraflores sufrió un atroz abandono. Pérez Jiménez lo detestaba. Propuso que fuere demolido y se construyera otro edificio para el Gobierno. Ello por fortuna no prosperó. Caída la dictadura, Betancourt despachó desde Miraflores y amplió salones y ambientes. Durante la primera presidencia de Caldera se inició la construcción del Edificio Administrativo. Ya durante la presidencia de Leoni se había adquirido La Casona como Residencia Presidencial, por lo cual Miraflores dejó de ser vivienda de la familia presidencial. Monumento histórico En febrero de 1979 Miraflores fue declarado Monumento Histórico Nacional. Durante el gobierno de Herrera Campins se terminó el Edificio Administrativo y la Plaza Bicentenaria. En el gobierno de Lusinchi se amplió el área del Consejo de Ministros. Se dice, no sin razón, que tanto Lusinchi como Pérez la mayor parte de las noches cuando se encontraban en el país dormían en la suite presidencial de palacio, no en La Casona. En febrero de 1992 cuando el golpe del teniente coronel Hugo Chávez, el palacio fue atacado con vileza. Hay fotos y tomas de una tanqueta del ejército subiendo por las escalinatas y embistiendo. Durante meses se podían ver las heridas de bala en sus exteriores e interiores. En 1994 se emprendió la recuperación de la dignidad de Miraflores como sede oficial del Gobierno Nacional. Se abrieron sus puertas al público. Había visitas guiadas por expertos que explicaban cada sala, pasillo y rincón, además de relatar la historia y brindar detalles sobre el estupendo mobiliario, las magníficas y valiosísimas obras de arte y los cambios ocurridos. Se puso empeño en hacer de este palacio un espacio de confluencia democrática. Yo estuve tres veces en mi vida en Miraflores. Cuando hubo en Caracas una reunión de la OPEP y se ofreció un pequeño agasajo al cual fui invitada; la segunda oportunidad fue por un brindis por un premio de ciencia y tecnología. La tercera fue porque decidí anotarme en las visitas guiadas, porque de veras quería ver las maravillas que hay allí. Y doy fe que había y espero siga habiendo maravillas en arte y documentos, y un mobiliario realmente hermoso. Una fortaleza Con excepción de algunos actos frente al "balcón del pueblo", Miraflores es hoy una fortaleza. Los venezolanos de a pie no podemos visitarlo. Por una norma necia que responde más a paranoias que a seguridad de Estado, a los ciudadanos nos han esquilmado el derecho a ver nuestro palacio y disfrutar de sus instalaciones y exquisitas piezas de arte. No conocemos su estado y el inventario de sus valiosos y costosísimos activos. Eso debería ser de acceso público, pues Miraflores es bien de la nación, es decir, patrimonio de los venezolanos. No le pertenece al presidente de turno. Es nuestro. Sus administradores sean obligados a rendir cuentas al país sobre su uso, estado y gastos. En Miraflores está la silla presidencial, uno es los símbolos de republicanismo y democracia. Algunos han creído que la silla no es el aposento de un jefe de Estado republicano y democrático sino una suerte de rimbombante trono de una Venezuela monárquica tropical que sólo existe en mentes acaloradas. Hay quien cree que la jefatura de Estado tiene derecho a ostentarla uno que se cree rey y que heredó el cargo de otro que se creía rey. Hay quien está dispuesto a vender su alma al diablo por la silla.

Vestida para mentir

En una muy infeliz puesta en escena, para la cual se maquilló la cara profesionalmente y se trajeó con un vestido tipo ponquecito glaseado de color rosa varias tallas más pequeño de lo que la más elemental consideración recomendaba, la señora grabó su mensaje a la Nación. No halló dentro de sí el mínimo respeto por los ciudadanos -y por sí misma- para cuanto menos hablar en vivo y en directo, como la gravedad de la situación lo ameritaba. Palabra por palabra fue siguiendo un guión varias veces ensayado. Cambios de cámara, iluminación y la misma composición del set pusieron de relieve que el asunto fue realizado por profesionales en la materia actoral. Una producción, empero, demasiado larga, churrigueresca en estilo y de verbo rococó para acabar diciendo lo que ya se sabía que iba a decir: que el CNE sólo acepta una revisión chimba que por diseño no es una auditoría, dado que es más lo que permite taparear que las muchas irregularidades que se conseguiría detectar. Está claro que el comando Simón Bolívar no puede aceptar participar en esta farsa. Es obvio que Henrique Capriles no puede aprobar esta nueva sinvergüencería. Pero, más importante aún, no puede el enorme conglomerado de electores prestarse a ser la lavadora de esta estafa a nuestra Venezuela. El salario multimillonario -aderezado por magnas prebendas- que puntualmente le pagamos los venezolanos no le ha alcanzado a la señora para hacerse de la altura moral que exige el cargo. Los seres humanos carentes de dignidad suelen irrespetar la dignidad ajena. No importa cuántos ceros ingresen en su cuenta corriente, lo que la legitimidad no da, la legalidad no presta. Hay un caso que viene como anillo al dedo para ilustrar lo que puede ocurrir en todo este desaguisado del CNE negando la posibilidad de una verdadera auditoría e impidiendo el acceso a los cuadernos, en los cuales juntó con el SAI está agazapado el bojote. Me refiero al monstruoso escándalo político suscitado por la revelación de actividades ilegales de la administración Nixon durante la campaña electoral de 1972 en Estados Unidos. sí, esto ocurrió en "el imperio" del cual tanto denostan los rojos rojitos. Corría el mes de junio de 1972. Cinco hombres que habían penetrado para espiar al Comité Nacional Demócrata en el hotel Watergate en Washington fueron arrestados. Luego de muchas piruetas judiciales la implicación de Nixon se fue haciendo cada vez más evidente. El 30 de abril de 1973, Nixon aceptó parcialmente la responsabilidad del gobierno y destituyó a varios funcionarios implicados. Pero ahí no término el asunto. La existencia de cintas magnetofónicas incriminatorias y la negativa a ponerlas a disposición de la justicia llevaron a un duro enfrentamiento entre los poderes ejecutivo y judicial. La opinión pública con su poder forzó finalmente la entrega de esas cintas. Se develó que una fue alterada y que dos habían desaparecido. Eso hizo que la situación se complicara aún más. Crecientes evidencias sobre la culpabilidad de Nixon y de altos funcionarios llevaron a que se iniciaran los procedimientos del juicio al presidente (el "impeachment"). En agosto de 1974 el reguero era de tal magnitud que a Nixon no le quedó de otra que entregar las transcripciones de tres cintas, en las que quedaba claro su implicación en el encubrimiento del escándalo. La evidencia del gigantesco fiasco hizo que Nixon perdiera sus apoyos en el Congreso y en otras instituciones y que el electorado, incluso ese que lo había apoyado mayoritariamente con el voto, lo viera como un delincuente. El 8 de agosto Nixon renunció. Gerald Ford, vicepresidente, se juramentó como presidente. En el mejor de los casos, cuatro de las cinco máximas autoridades del CNE están encubriendo delitos. Han convertido al organismo electoral en un lupanar de la más baja ralea. Todo el proceso comicial está teñido de sospechas. Cuando algo huele mal, hay que descubrir dónde está lo podrido. Las dudas han permeado incluso hasta en el universo de electores que dieron su voto a Nicolás. De allí que la impugnación parcial o total es inevitable. Como bien apunta Capriles, "esta lucha es pacífica, difícil y demanda una alta dosis de persistencia, organización y disciplina. Es indispensable seguir el camino que marca la constitución y agotar todos los recursos legales necesarios". El proceso será largo y plagado de conchas de mango. Seguramente habremos de enfrentar todo tipo de obstáculos. Pretenderán eclipsar todas nuestras acciones. Se burlarán una y otra vez. Pero será nuestra perseverancia lo que nos permitirá adecentar nuestra democracia. smorillobelloso@gmail.com

jueves, 25 de abril de 2013

El bojote

Frente a lo que está ocurriendo en Venezuela, cualquier observador incauto podría concluir que lo que en este país impera es la ley de la selva. No le faltaría razón. Pero su juicio sería incompleto pues en esta historia no sólo está privando la ley del más fuerte, sino también una notoria falencia en capacidad gubernamental para la lectura del país Maduro ha decidido desdecirse. Ello revela que lo que dijo la noche del domingo electoral fue criticado por otros con más poder dentro y fuera de las fronteras y lo obligaron a retroceder. Queda claro que Nicolás no es Chávez, porque cuando Chávez hablaba, dijera lo que dijera, el resto de los suyos hacia chitón. Y si a alguien se le ocurría revirar, era lanzado al estricote sin miramiento alguno y adiós luz que te apagaste. Pero Nicolás es "poquito", aunque encadene los medios varias veces al día para obsequiar alaridos. Aquí hay mar de fondo. Y siempre hay que preguntarse quien se beneficia con el despelote, quien trajina bajo la mesa o sobre ella, quien maneja los hilos del poder. Los dichos y haceres de Diosdado deben ser puestos bajo microscopio. Es obvio que no habla con el lenguaje de la pasión sino con el verbo del ambicioso que juega piezas con objetivos no expresos. La culebra administra sus silencios, sus siseos, sus movimientos. Para lograr sus fines debe promediar bien cada gesto, desbocarse cuando toque, mantenerse quieta cuando conviene. Esta culebra anda en cacería porque siente que la oportunidad la pintan calva. Aunque suene paradójico, la estrategia supone la utilización de una presa para intentar cazar a la otra presa en la mira. Para Diosdado, Nicolás no es más que un pelele, un enclenque, un fofo. Que el comandante lo haya escogido como sucesor fue un error. El comandante, enfermo como estaba, tenía la lucidez comprometida y había perdido su acostumbrada visión de águila. Su decisión fue, entonces, un "error honesto", disculpable, pero error al fin. Un error que se pagó carísimo, tanto con esos votos que cruzaron la talanquera y fueron a parar a Capriles como también con los que no ocurrieron constituyendo una abstención estridente como expresión. ¿Cómo explicarle al pueblo revolucionario que en menos de cien días Nicolás convirtió a las robustas fuerzas rojas rojitas en pollitos de verbena? ¿Cómo convencer a los electores revolucionarios de volver al redil? ¿Es posible restituir la confianza perdida bajo la enclenque conduccion y el tan deslucido liderazgo de Nicolás y en este enrarecido ambiente de inestabilidad e ingobernabilidad? Para rehacer el rompecabezas revolucionario hace falta un hombre de esos cuyo nombre consta en la "historia original". Diosdado siente que es su hora, que es ese hombre, ese salvador. Es una lucha en dos etapas, dos peldaños que coinciden no en espacio pero si en tiempo. El que está, está de sobra, y el verdadero adversario tiene el cuero duro y no por flaco es débil. Y para colmo tiene un montón de votos, carisma indiscutible, capacidad de perseverancia, coraje inflexible y un liderazgo que le ronca el mango. Muchas cosas pueden ocurrir. Maduro se juramentó y no cuenta con el beneficio de los 100 días de luna de miel, porque ya se los comió. mañana mismo tiene que entrompar una crisis de características y niveles al más alto grado, con la más precaria gobernabilidad en un pais que se precipita, por culpa del gobierno, en una debacle economica y social sin parangon, con la intranquilidad que caracteriza a la inconsistencia y muy proclive a un descontento popular creciente e incesante. el Comando Simón tiene el trabajo de la auditoria, para lo cual cuenta con expertos tecnicos con ojo entrenado en este quehacer. y si descubre lo que se presume ello puede hacer ilegítimos esos resultados tan cacareados por Misia Tiby. Si Capriles sigue manejando la crisis como hasta ahora, los platos rotos de este desastre los pagará Nicolás, que acabara pareciéndose al muchachito de El Diente Roto. Es importante entender que auditar significa detectar las irregularidades y que esto puede derivar en una repeticion parcial o hasta total de las elecciones. En ese caso, Capriles habría tenido razón y ello lo legitimará aún más como líder político y lo consolidara cono candidato, con todavía mayores posibilidades de obtener la mayoría que lo coloque en la silla presidencial. Yo me permito apuntar que a mi juicio este escenario es factible. En cualquier caso, los enchufados nadan en aguas turbulentas y fangosas. Cada día les resulta más difícil disfrazar sus gigantescas mentiras. Por más que se tongoneen siempre se les ve el bojote.

La mentira entrampada

En el programa Club de Prensa de NTN24 escuché a Pedro Mario Burelli (quien carga en sus genes el mayor y más indiscutible torrente democrático) decir que "cómo será lo que se está escondiendo que el CNE prefiere deslegitimar a Maduro a que se sepa lo que se esconde". Es decir, para ponerlo en cristiano, que prefieren que se mantenga un presidente que cuelga de la brocha antes que permitir que se descubra el tamaño de las irregularidades habidas en el proceso. ¿Por qué? Sencillo. No sólo es un asunto de evitar que quede a la luz la cantidad de trajines acolitados por las cuatro jinetas del Apocalipsis que constituyen mayoría en el directorio del organismo electoral, sino también -y mucho más grave- que haber permitido esos trajines comporta la comisión de delitos electorales imputables a esas rectoras y objeto de penas. La gente, como es comprensible, comienza ya a dar signos de hartazgo. A eso precisamente juegan tanto el gobierno como su ministerio electoral. Cuando se consigue el hastío, se alcanza también que se baje la guardia. De allí que es crucial que todos los ciudadanos entendamos que aquí el que pestañea pierde. El expediente de irregularidades detectadas es ya muy grueso y detallado, pero hay que nutrirlo de manera de convertirlo en un cartapacio de verdades procesales que sustenten con creces la impugnación que va a ocurrir. Los juicios de Nuremberg prosperaron porque los expedientes se armaron con cada acción que los delincuentes realizaron. Esos expedientes fueron sustentados con los testimonios de cientos de víctimas y testigos. Nada hay más importante que la verdad. Y la mentira está entrampada. El Comando Simón Bolívar y Capriles pelearán porque se respete la voluntad popular de los venezolanos. Es decir, pelearán por nosotros, pero tienen que contar con nosotros como los más fantásticos aliados. Todos podemos hacer algo. Por ejemplo, se necesita saber quién no votó, no para reclamarle sino para asegurar que no aparezca votando. Se necesita cada foto de abuso, de cada violacion a la normativa, se precisa cada prueba de que un ciudadano fue forzado a recibir asistencia durante su acto de votación, cada evidencia de pisotones y trajines. Demostrar que la voluntad popular fue objeto de un estupro será difícil. A la muchacha llamada Venezuela la magrearon con vileza pero los delincuentes se cuidaron de tratar de borrar las evidencias. Sin embargo, hay expertos que lograrán desentrañar las tapaderas porque tienen inteligencia, capacidad, insistencia y denuedo. No voy a edulcorar mi mensaje pintando un camino regado de petalos de rosas. Entre las rectoras priva un espíritu cuartelario y carente de la más mínima consideración a la democracia. Pero comprobar el estupro y mostrarlo en toda su iniquidad es posible. Y se hará. Que hayan "legalizado" a Nicolás no lo hace "legítimo". Lo legalizaron los enchufados, pero ellos no pueden legitimarlo. Eso sólo lo podemos hacer los ciudadanos. Nada debe hacernos perder la perseverancia, que es una de las más excelsas virtudes de la que un honorable ser humano pueda presumir. smorillobelloso@gmail.com @smorillob

martes, 23 de abril de 2013

Diez consejos a Nicolás

Hace una semana ocurrió el evento electoral presidencial. Es, lamentablemente, un proceso abierto, signado por cantidad de discrepancias y problemas. Pero el CNE proclamo tu triunfo y la Asamblea Nacional te juramento. Así, eres hoy legalmente el presidente, aún cuando bien sabes que tu legitimidad está en entredicho, por decir lo menos. Igual estás ahí, sentado en la silla de Miraflores, investido de poder. Entonces estas líneas son para darte diez consejos. Recuerda que el que oye consejo llega a viejo. Mi primer consejo es recomendarte que cambies tu tono, tu lenguaje, tu selección de verbos. Este no es el momento para que alguien que está precariamente sentado en el poder hable golpeado. Este estilo está dinamitando tu situación no sólo con aquellos millones que no votaron por ti (que es la sumatoria de quienes votaron por Capriles y quienes simplemente no emitieron voto, porque ese porcentaje para nada despreciable y que te hubiera dado una ventaja sólida también te mando un mensaje claro), sino también te distancia de tus votos blandos emitidos por gente que no quiere exabruptos. Te recomiendo declarar que te alejas del asunto de dilucidar lo que pasó el 14A. Déjale ese lío al CNE y a las instituciones. No avives el fuego. Mira que cuando el monte esta secó, coje candela facilito. Y el país está de a toque. Pon en cintura a tu gente. El ministro Villegas te está destruyendo. Su ataque a Provea te perjudica. Diosdado te está hundiendo. Eso de negarle el derecho de palabra a los dipuardis de oposicion es un sgno de barbarie. La defensora del pueblo te está carcomiendo la precaria gobernabilidad. Te mintio con lo de los CDI y quien queda al ras del betun eres tu. Los militares quieren convertirte en un pro milico. Jaua está poniéndole bombas quiebra patas a los caminos diplomáticos. Y tienes varios ministros a quienes tienes que ponerles un parao y decirles "calladitos se ven más bonitos". Lo de Ricardo Molina es intolerable. La fiscal, la presidenta del TSJ y las rectoras del CNE son hoy tus peores enemigas. En pocas palabras, por tu bien y el del país, tómate litros de valeriana y ordena que en todos los ministerios, las gobernaciones, las empresas del estado, el sistema de medios y ese largo etcétera de espacios bajo tu mando distribuyan varias veces al día litros de té de tilo. Tus radicales te están haciendo papilla. Desactiva ya a esos showmen y show women de la televisión y la radio. Lee aporrea y ve como se está batiendo el cobre de verdad entre el mundo de opinadores oficialistas. Ponle atención a lo importante. Tienes una bomba atómica activada en materia económica, de finanzas públicas, de seguridad, de escasez. La inflación es espeluznante. Para en seco toda esta lamentable cacería de brujas que han emprendido quienes trabajan la política como un espacio de poder revanchista o como una guerra de guerrillas. Entiende que cada vez que insultas a Capriles estás aumentando la animadversión de los millones que votamos por él. Deja a Chávez descansar en paz. Tú no eres él y, créeme, no te conviene pretender jugar a serlo. Si alguna posibilidad de éxito tienes está en que seas tu mismo. Puedes, si quieres, salir airoso de esta tremenda crisis. Quizás no mantendrás la presidencia, pero al menos no entrarás a la historia como el que desperdició en días todo el capital político acumulado en 14 años. Y si llegas a mantener la presidencia, tendrás muchas más oportunidades de capear el temporal. La oposición hará todo lo que legalmente pueda para vencerte. No creas que se desmovilizará ni que tirará la toalla. Peleará con toda su energía democrática. Es así, está bien y es lógico. Tus enemigos no somos los venezolanos. Entiéndelo. A tus enemigos los tienes adentro de tu círculo. No seas el tonto útil de este patético libreto de novela barata. No te quedes pegado mirando algunos árboles, mira bien todo el bosque. smorillobelloso@gmail.com @smorillob