martes, 8 de junio de 2010

Noticia de una protesta


Los catártidos en Venezuela andan de protesta. ¿Cómo es eso que les importaron comida y ahora se arma un desmadre y no se las quieren dar? Ellos esperaron pacientemente que la comida viajara en containers desde su lugar de origen, se maridara en su propio jugo y, gracias al calor tropical, se convirtiera en una delicatesse.

Los catártidos se hallan en vía a una protesta multitudinaria frente a Pdval. Quieren su comida. Tienen derecho a ella. Les prometieron y ahora exigen que les sean cumplidas las ofertas de un condumio sólo apto para su altísimo nivel en la cadena alimenticia. Dice Pepe Zamuro, presidente del sindicato de catártidos, que “este gobierno nos tiene que responder. Basta ya de pretender que se conformen con migajas. Tenemos derecho a alimentos de nivel, suficientemente podridos... No vamos a aceptar que esa exquisita comida le sea donada a catártidos de otras naciones. Nosotros hemos cumplido y esperamos que nos cumplan. Hemos preparado un documento que será entregado a las autoridades de Pdval y del Ministerio de Alimentación, pero dado su historial suponemos que harán oídos sordos. Ya sabemos que en este país los gobernantes se lavan las manos y creen que no tienen que darle explicaciones al pueblo”.

Los catártidos han advertido que no van a ceder en sus demandas. Pretenden elevar su queja incluso por ante los tribunales. Dicen que solicitarán que el Tribunal Supremo de Justicia los ampare y los proteja contra esta nueva tropelía del gobierno. Esos alimentos, argumentan, les pertenecen y “no puede ser que ahora el gobierno venga a acaparar esa comida y menos que alguien salga ahora con que hay que destruirla. Nosotros tenemos hijos. Tienen hambre. Todo el mundo sabe que en Venezuela hay escasez y que cada día es más difícil conseguir la canasta alimentaria”.

El presidente del sindicato de catártidos agregó que “simplemente no es justo. Para la focas de la Asamblea Nacional siempre hay, y en abundancia. Y qué decir de las raciones para las hienas de los ministerios y de las gobernaciones y alcaldías rojas rojitas. Basta ver lo gordos que están. Para ellos sí hay, siempre hay. En cambio a nosotros siempre nos tratan como ciudadanos de baja categoría. Claro, como somos negros…. Pues mil veces no. La Constitución nos protege. En Venezuela está prohibida la discriminación por raza, sexo, color, olor y demás guarandingas. ¿No y que Venezuela ahora es de todos?”.

Todo indica que los catártidos no van a claudicar y que continuarán elevando su voz de protesta. Ante el hallazgo de otros “containers” en los bolipuertos y depósitos de Pdval, las abuelas y mamás de los catártidos proceden a ponerse una pañoleta y hacer rondas frente a Miraflores.

A pesar de muchos intentos, nuestros reporteros no lograron obtener declaración alguna de autoridades del gobierno nacional.

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