miércoles, 25 de mayo de 2011

Con la cruz en el pecho

La cruz en el pecho y el diablo en el hecho. Que es tanto como llorar con un ojo y reír con el otro. Así dicen las abuelas al referirse a alguien que mucho cacarea de ser bueno cuando en la realidad no hace sino perjudicar. Así ocurre con “micomandantepresidente”. Mucho predicar, mucho santiguarse pero de su dicho al hecho hay un enorme trecho. A él nadie le dijo que obras son amores y no buenas razones. Nadie le explicó que es malo ser candil de la calle y oscuridad de la casa. Nadie le enseñó que perro que come manteca mete la lengua en tapara.

Total, total, lleva más de doce años allí, apoltronado en la casa de Misia Jacinta, más enredado que kilo de estopa y más perdido que enano en procesión. Entretanto, a los venezolanos la vida se nos puso más fea que pelea de machetes. Por mucho que tratemos, ya no sabemos cómo redondear la arepa. Y mientras tanto, “micomandantepresidente” no entiende que al tigre lo respetan por las uñas y no por el rugido. Y se la pasa dizque haciendo favores por doquier, sin comprender que favor no es favor si va con condición.

Pero a “micomandantepresidente” la cuerda se le va convirtiendo en guaral usao’. Y ya ni porque se pinte más que guacamaya en fiesta logra disimular que la cosa para 2012 se le está poniendo color de hormiga amazónica en celo. Que ya el pueblo piensa que bueno es cilantro, pero no tanto. Y siente que tanta habladera es más fastidiosa que partida de dominó por radio. Sabe que a cada cochino le llega su sábado. Todo cae por su propio peso.

“Micomandantepresidente” dice y repite que no tiene miedo, porque él se cree águila y aguila no caza moscas. Que él es el jefe y jefe es jefe manque tenga cochochos. Pero es bien sabido que quien tiene más saliva traga más fósforo y que zamuro come bailando.

Claro que en este merequetén mucha gente piensa que “micomandantepresidente” tiene más puntas que mecate de cerdas y que algo pérfido se va a sacar de debajo de la manga para asegurarse el triunfo. Muchos dicen que “micomandantepresidente” es más peligroso que barbero con hipo. Bendito sea Dios, el niño es llorón y la madre que lo pellizca. Bolserías de esas que van del moño a la zapatilla abundan. El no es ni la décima parte de lo poderoso que la gente cree que es. Por fortuna, cada día eso es más obvio. Tnato va el agua al cántaro hasta que se rompe.

Ya “micomandantepresidente” no mete miedo ni que esté prendío en candela. Que ya el pueblo se dio cuenta que en chiva que pare tres uno mama y los otros dos ven. Nos contaremos en 2012, pues. A trabajar, entonces, que para luego es tarde. Que morrocoy no sube palo ni cachicamo se afeita. ¿El candidato? ¿Quién será? Pues al que le calce el guante que se lo plante.