jueves, 25 de abril de 2013

La mentira entrampada

En el programa Club de Prensa de NTN24 escuché a Pedro Mario Burelli (quien carga en sus genes el mayor y más indiscutible torrente democrático) decir que "cómo será lo que se está escondiendo que el CNE prefiere deslegitimar a Maduro a que se sepa lo que se esconde". Es decir, para ponerlo en cristiano, que prefieren que se mantenga un presidente que cuelga de la brocha antes que permitir que se descubra el tamaño de las irregularidades habidas en el proceso. ¿Por qué? Sencillo. No sólo es un asunto de evitar que quede a la luz la cantidad de trajines acolitados por las cuatro jinetas del Apocalipsis que constituyen mayoría en el directorio del organismo electoral, sino también -y mucho más grave- que haber permitido esos trajines comporta la comisión de delitos electorales imputables a esas rectoras y objeto de penas. La gente, como es comprensible, comienza ya a dar signos de hartazgo. A eso precisamente juegan tanto el gobierno como su ministerio electoral. Cuando se consigue el hastío, se alcanza también que se baje la guardia. De allí que es crucial que todos los ciudadanos entendamos que aquí el que pestañea pierde. El expediente de irregularidades detectadas es ya muy grueso y detallado, pero hay que nutrirlo de manera de convertirlo en un cartapacio de verdades procesales que sustenten con creces la impugnación que va a ocurrir. Los juicios de Nuremberg prosperaron porque los expedientes se armaron con cada acción que los delincuentes realizaron. Esos expedientes fueron sustentados con los testimonios de cientos de víctimas y testigos. Nada hay más importante que la verdad. Y la mentira está entrampada. El Comando Simón Bolívar y Capriles pelearán porque se respete la voluntad popular de los venezolanos. Es decir, pelearán por nosotros, pero tienen que contar con nosotros como los más fantásticos aliados. Todos podemos hacer algo. Por ejemplo, se necesita saber quién no votó, no para reclamarle sino para asegurar que no aparezca votando. Se necesita cada foto de abuso, de cada violacion a la normativa, se precisa cada prueba de que un ciudadano fue forzado a recibir asistencia durante su acto de votación, cada evidencia de pisotones y trajines. Demostrar que la voluntad popular fue objeto de un estupro será difícil. A la muchacha llamada Venezuela la magrearon con vileza pero los delincuentes se cuidaron de tratar de borrar las evidencias. Sin embargo, hay expertos que lograrán desentrañar las tapaderas porque tienen inteligencia, capacidad, insistencia y denuedo. No voy a edulcorar mi mensaje pintando un camino regado de petalos de rosas. Entre las rectoras priva un espíritu cuartelario y carente de la más mínima consideración a la democracia. Pero comprobar el estupro y mostrarlo en toda su iniquidad es posible. Y se hará. Que hayan "legalizado" a Nicolás no lo hace "legítimo". Lo legalizaron los enchufados, pero ellos no pueden legitimarlo. Eso sólo lo podemos hacer los ciudadanos. Nada debe hacernos perder la perseverancia, que es una de las más excelsas virtudes de la que un honorable ser humano pueda presumir. smorillobelloso@gmail.com @smorillob

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