viernes, 3 de mayo de 2013
El gordo feroz
En una escena que remembraba los encuentros de lucha libre que se transmitían en la televisión de los sesenta, los ciudadanos venezolanos y luego del mundo pudimos ver atónitos cómo un gordo feroz, que resulta ser diputado suplente al parlamento nacional, perdía la compostura –si alguna vez la tuvo- para convertirse en suerte de Olafo preñado de salvajismo. El delincuente en cuestión se abalanzó sobre diputados de la bancada de oposición (en plena sesión de la Asamblea Nacional) propinando puñetazos a placer, ante la complacencia de las autoridades parlamentarias, quienes nada hicieron para detener al susodicho y otros que también se sumergieron en la podredumbre de la violencia como instrumento político. El principal objeto de sus más bajos instintos fue el diputado Julio Andrés Borges, a quien conozco muy bien y de quien puedo dar fe que sería incapaz de ejercer violencia como ahora desde el gobierno se le acusa. Julio, de verbo ácido sin duda, es empero un practicante de la paz y, además, un experto en acuerdos de convivencia. Recordará el país el programa que Julio tenía en la televisión venezolana – Justicia para todos- en el que lograba que personas enfrentadas por causas diversas llegaran a puntos intermedios. Cada cual cedía un poco, cada cual acababa sintiéndose satisfecho ante la solución a la que se arribaba, bajo el arbitraje de Julio.
El troglodita gordo feroz no es un caso aislado. En varios parlamentos regionales y municipales también hay personajes que están ahí para desarrollar ataques contra la oposición, en procura de la imposición. No han conseguido su propósito ni lo lograrán. Los dirigentes de oposición no se dejarán ningunear y los ciudadanos día con día abren los ojos a la realidad de un oficialismo que practica la revolución de los puños.
En la noche del 1º de mayo, el país fue forzado a una cadena en todos los medios audiovisuales. En ella, por espacio de unos cuantos minutos, se transmitió la versión oficial, según la cual los hechos de violencia fueron propiciados por la oposición. En la nota estaban ausentes las escenas en las que el gordo feroz (el diputado suplente Michele Reyes) y otros y otras de igual estirpe distribuían golpes a sus colegas como quien ataca a una piñata. Lo más insólito de la cadena empero estuvo en que carecía de sonido ambiente o de narración de los hechos. Esta nota, musicalizada cual película de terror, fue transmitida tambien por la red radial. Ernesto Villegas, ministro de comunicación e información, fue lógicamente de inmediato el hazmerreír de todos los periodistas y comunicadores. No se puede tener tanto poder y hacer semejante ridículo.
La historia continuará. Seguramente vendrán más ataques harteros a la oposición, más acusaciones, más violencia. Pero bajo el liderazgo sólido de Henrique Capriles y aferrados todos a los mandatos de la Constitución, los venezolanos superaremos este estado de desastre y entraremos de lleno en el estado de progreso. Y hombres como el gordo feroz serán desconectados del ejercicio de la política.
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